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Uno de los juegos más antiguos conocidos es el llamado juego del Molino o Alquerque, descrito en el Libro de Juegos de Alfonso X el Sabio. Los primeros tableros aparecen en Pilos, en la Edad del Bronce, en torno al 1.200 a.C. Su difusión atravesó el espacio y el tiempo hasta el presente, tal vez variando sus reglas, y originando otras versiones como las tres en raya o las damas. Es muy probable que los iberos jugaran a este juego, aprendido de los itálicos o de los griegos algunos siglos antes de la conquista romana.
Si queréis jugar, se requieren nueve fichas por jugador y dibujar tres cuadrados concéntricos unidos por líneas transversales en su zona central. Es muy común encontrarlos raspados en la piedra en iglesias románicas, por ejemplo: yo he visto muchos en iglesias en Segovia y Burgos.
Se colocan las fichas alternamente en esquinas e intersecciones. Durante el despliegue, si haces una línea con tres fichas, eliminas una ficha
del rival. Cuando ya estén todas colocadas, procede a moverlas a un espacio vacío adyacente para hacer línea, sin saltar tus fichas ni las del rival. El que se quede con dos fichas, pierde. Hay varias versiones de este juego. Entre las más comunes están que la eliminación se realiza al controlar tres fichas en las esquinas adyacentes de los tres cuadrados formando un "aspa de molino". Otra dice que cuando a un jugador le quedan tres piezas, sí puede saltar y mover a cualquier espacio libre.
Dado el principio de "cuanto más antiguo, más simple", pienso que las primeras reglas explicadas serían aquellas utilizadas por los iberos hace dos milenios.
¿Te apetece jugar?