Existe un lugar donde la música espera
tranquila y sin forma,
inquieta y serena.


Allí todo es música, pero aún silenciosa.
Necesita de los magos que van allá y la toman
introduciendola en su ser;
para así un día poder ofrecerla al mundo
transformada, completa,
fresca y perfumada con sus mensajes,
recuerdos y sentimientos.

Esa es quiza la función de los músicos,
como magos que orientan,
canalizan y modelan esa música
silenciosa y dispersa que nos acompaña
en cada momento de la vida.

sábado, 24 de agosto de 2013

MANUEL FERNÁNDEZ CABALLERO

 
Manuel Fernández Caballero (1835-1906). Nació en Murcia, un 14 de marzo de 1835 en la Plaza de los Gatos, actual ubicación del Banco de España. Desde pequeño mostró un virtuosismo y dotes especiales para la música, a los cinco años formaba parte del coro de las Agustinas de Murcia y a los doce ya hacía sus primeras composiciones y arreglos de ópera. En 1850 se trasladó a Madrid para estudiar en el Conservatorio piano junto al maestro Albéniz, violín con José Vega y composición con el maestro Eslava. Por su cuenta estudio clarinete, trombón, flautín, cornetín y figle, en una clara vocación por recabar disciplinas para su futuro trabajo de orquestación.